─Claro que también podrías pagar esas flores con tu cuerpo…
Son sólo un par de palabras. Un par de sonidos pronunciados de un modo lento e inquisitivo. No obstante, frío. Y han sido dichas de un modo premeditado, perfectamente calculado. Como todo lo que haces.
En una fracción de segundo ves la confusión en sus ojos castaños. En la siguiente
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